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miércoles, 21 de mayo de 2014

Cuatro gotitas de nada...

Cierto este año la sequía nos abrasa nuestras ilusiones, agrieta sin piedad nuestra tierra de labor y lo mas cruel no podemos ilusionar a nuestra savia joven con estos reincidentes episodios tan anorexicos en verdad de nuestro cultivo tradicional que no nos permiten la seguridad de una vida dedicada a este usufructo.Los agricultores bien tallados por estas inclemencias cíclicas deciden logicamente enviar a su prole a los estudios en busca de un futuro no tan dependiente de la suerte e incidencias climáticas. Hábilmente expiran con sus apurados sacrificios el control de la economía domestica y las tasas universitarias de los hijos quizás mas avispados.Es sorprendente ese esfuerzo pretoriano en las largas besanas y en los libros de texto de nuestros jóvenes, es digno de mencionar ese plan de nuestros admirados agricultores de apostar por el conocimiento como fuente de sostenimiento económico y social de futuro. Lo dan todo a esas nobeles mentes para tener la oportunidad de que encarrilen sus destinos en otros oficios y no en un tren que sabes que seguro descarrila por el mediático y cierto calentamiento global. Cuatro gotitas de nada han caído en nuestros campos después de tanta inversión,tanta ilusión, cuatro gotitas de tanto sudor suponen hectarias de mucha dedicación. Una profesión tan dependiente de las noñerias del dinamismo de la  naturaleza no compensando de tanta briega que en definitiva recompensa con una raquítica siega.Hay que adaptarse a la nueva meteorología, a los nuevos tiempos sin apurar inteligentemente la iniciativa sostenible en nuestros campos.Tenemos que repensar y sopesar en estrategias valientes para mantener la agricultura como digna fuente de ingresos, reestudiarse todas las opciones ya que aun hay por suerte mentes apretujadas que son capaces de solventar y compartir eternos problemas de productividad. Tomemos esas cuatro gotitas en el esfuerzo para interactuar con las nuevas y modernas tecnologías que surgen de no dar un reto por perdido.Si que es verdad que son cuatros gotitas de nada , pero solucionar lo impensable es la única clave para dejar esas porciones de tierra impolutas a nuestros hijos tal como todos las recibimos, sumando ese esfuerzo bizantino que nuestro árbol genealógico nos hereda.

Suerte amigos!

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