Tu quieres que la persona que se
desvive por ti…te resuelva en tiempo imperativo tus caprichitos de confort de
mecedora? Pues vaya esclavitud o condición le impones a tu mecenas que te
alivia siempre de tus mil penas. Parece y pienso justamente que solo empatizas con tu
oscura sombra, eso te da el reino de tus propios cielos y a los que viven en
perpendicular y bajo ese cielo le imprimes, a todas luces, el guion de tu inmenso y único deseo, solo discutes tu beneplácito, estando acusando al que te besa la mano
con informes que dan pena y haciéndote entender que eres su reina en el reino de tu
peineta. No quiero divagar con pensamientos que te rocen los sentimientos, pues
de que servirían las emociones si tus abrazos me condicionan a la codependencia
de tu negro imperio bajo tus propias leyes. No eres una monarquía consolidada en
el ámbito de las relaciones personales, más bien una princesa batracia que no
hay príncipe que te devuelva al mundo de
hecho y derecho con un simple beso. Mucho tiene que cambiar tus caprichos para
que para mi sean dignos de un simple gesto. No profiero a desvirtualizar tu
engendro de reino, pero si a que no confundas tus deseos con mis servicios, mi
libertad empieza donde acaba la tuya, mis mil razones no compiten con tu
estrellato delante de tu propio espejo de triunviriato, mis razones abundan sin
condiciones y podría darte más pero es que no quiero perder el tiempo en
aquellos que pierden el suyo con el alegato de que para que su tiempo brille en el
espacio de lo insensato deba ser yo tu fiel vasallo ante su confuso error de su propio reinado.
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